Un saldo de tres personas muertas, daños en más de 2 mil casas (en su mayoría residencias) y comercios, cientos de automóviles bajo el agua, dejó una tromba y ruptura de la tubería del Emisor Poniente en el municipio de Tlalnepantla, en el norponiente del valle de México.
El gobernador Enrique Peña Nieto acudió al área afectada, y tras recorrerla constató los daños que sufrieron varias familias en sus patrimonios y decidió declararla como zona de desastre…
El domingo 6 de Septiembre 2006, a las 19:40 una fuerte lluvia que derivó en tragedia para miles de familias de la zona residencial de Valle Dorado, en donde más de 2 mil residencias y cientos de automóviles quedaron bajo las aguas.
La tormenta concentró hasta 110 litros de agua por metro cuadrado, en esta zona del Valle de México, señaló el secretario del Agua del gobierno del estado de México, David Korenfeld Federman.
El torrente reventó el Emisor Poniente con un boquete de 25 metros de largo, en un tubo que tiene cuatro metros de diámetro, cuya operación está a cargo de la Comisión Nacional del Agua, informó el titular del Agua mexiquense.
La ruptura se registró frente al número 417 de paseo de las Aves casi esquina con la calle Caracas y avenida de los Jinetes, entre los fraccionamientos Valle Dorado y Arboledas, arrastrando a su paso decenas de automóviles y personas.
Cerca de mil 500 familias que habitan en las calles Atenas, Barcelona, Berlín, Milán, Moscú y Burdeos, bulevar de los Continentes, Budapest, Quito, Burdeos, Constantinopla, bulevar de las Naciones, Caracas, Nueva York y Coquimbo, así como en 40 manzanas de Valle Dorado, vivieron más de 24 horas entre las aguas negras.
El Ejército mexicano aplicó el plan DN-III, en auxilio a la población atrapada, junto con integrantes de los cuerpos de bomberos de Naucalpan, Tlalnepantla y Cuautitlán Izcalli, así como personal de Protección Civil, quienes con lanchas, vehículos anfibios, motos acuáticas y hasta trozos de unicel sirvieron para sacar más de un millar de personas enfermas, niños y ancianos.
Cerca de 200 enfermeras y médicos vacunaron a cientos de personas contra el tétanos y hepatitis B, ante el riesgo de propagación de enfermedades infecciosas.
En las llaves de agua sólo brotaba líquido residual, que fue usado para empezar a limpiar algunas casas y negocios de la Plaza Comercial Valle Dorado, cuyo estacionamiento sirvió como “embarcadero” para el rescate de damnificados.
Dos ancianos murieron ahogados en sus casas; uno de ellos, Jesús Badillo Vázquez, de 84 años, pereció por “asfixia por sumersión”, en el número 422 de la calle, Coquimbo, en Valle Dorado.
Otra de las víctimas fue Carmen Ángeles Barrios, de 82 años, también ahogada en el interior de su residencia, ubicada en el número 144 de la calle Budapest, en el mismo fraccionamiento.
Poco después de las 10 de la noche arribó a Valle Dorado el gobernador del estado de México, Enrique Peña Nieto, quien presidió el Comité de Protección Civil que analizó las acciones a seguir en la zona.
El gobernador Enrique Peña Nieto acudió al área afectada, y tras recorrerla constató los daños que sufrieron varias familias en sus patrimonios y decidió declararla como zona de desastre…
El domingo 6 de Septiembre 2006, a las 19:40 una fuerte lluvia que derivó en tragedia para miles de familias de la zona residencial de Valle Dorado, en donde más de 2 mil residencias y cientos de automóviles quedaron bajo las aguas.
La tormenta concentró hasta 110 litros de agua por metro cuadrado, en esta zona del Valle de México, señaló el secretario del Agua del gobierno del estado de México, David Korenfeld Federman.
El torrente reventó el Emisor Poniente con un boquete de 25 metros de largo, en un tubo que tiene cuatro metros de diámetro, cuya operación está a cargo de la Comisión Nacional del Agua, informó el titular del Agua mexiquense.
La ruptura se registró frente al número 417 de paseo de las Aves casi esquina con la calle Caracas y avenida de los Jinetes, entre los fraccionamientos Valle Dorado y Arboledas, arrastrando a su paso decenas de automóviles y personas.
Cerca de mil 500 familias que habitan en las calles Atenas, Barcelona, Berlín, Milán, Moscú y Burdeos, bulevar de los Continentes, Budapest, Quito, Burdeos, Constantinopla, bulevar de las Naciones, Caracas, Nueva York y Coquimbo, así como en 40 manzanas de Valle Dorado, vivieron más de 24 horas entre las aguas negras.
El Ejército mexicano aplicó el plan DN-III, en auxilio a la población atrapada, junto con integrantes de los cuerpos de bomberos de Naucalpan, Tlalnepantla y Cuautitlán Izcalli, así como personal de Protección Civil, quienes con lanchas, vehículos anfibios, motos acuáticas y hasta trozos de unicel sirvieron para sacar más de un millar de personas enfermas, niños y ancianos.
Cerca de 200 enfermeras y médicos vacunaron a cientos de personas contra el tétanos y hepatitis B, ante el riesgo de propagación de enfermedades infecciosas.
En las llaves de agua sólo brotaba líquido residual, que fue usado para empezar a limpiar algunas casas y negocios de la Plaza Comercial Valle Dorado, cuyo estacionamiento sirvió como “embarcadero” para el rescate de damnificados.
Dos ancianos murieron ahogados en sus casas; uno de ellos, Jesús Badillo Vázquez, de 84 años, pereció por “asfixia por sumersión”, en el número 422 de la calle, Coquimbo, en Valle Dorado.
Otra de las víctimas fue Carmen Ángeles Barrios, de 82 años, también ahogada en el interior de su residencia, ubicada en el número 144 de la calle Budapest, en el mismo fraccionamiento.
Poco después de las 10 de la noche arribó a Valle Dorado el gobernador del estado de México, Enrique Peña Nieto, quien presidió el Comité de Protección Civil que analizó las acciones a seguir en la zona.
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